Escudriñen las escrituras, porque en ellas encontrarán la vida eterna.

Juan 5:39

Reflexiones

Sabiduría de lo alto
Temor a Dios
Mandamientos Perpetuos
La Mano Diligente
La única razón válida para jactarse
¿Todos los que mueren descansan en paz?
Sabiduría

Sabiduría de lo Alto

¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.
Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.

No hay duda que tanto la sabiduría de Dios como la terrenal tienen algo en común, ambas se dan a conocer por las acciones y la conducta del que la posee. En la biblia encontramos que Dios fundó los cielos y la tierra con sabiduría e inteligencia, y con solo ver la creación y todas sus maravillas, entendemos que no pudo ser de otra manera; pero Dios no solo usa la sabiduría, El es fuente inagotable de sabiduría e inteligencia:

Porque Dios da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. 

Además, la biblia nos enseña que si alguien desea tener sabiduría que comience por temer a Dios y que la mejor muestra de inteligencia que podemos tener, es conocerle: El temor de YHVH es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.


Citas bíblicas: Proverbios 2:6, 3:19, 9:10; Santiago 1:5, 3:13-17 


Temor a Dios

Temor a Dios

En la biblia se nos insita a "temer a Dios" y podríamos pensar que ese "temor" se refiere a tener miedo de Dios, pero más bien la palabra "temor" en la biblia evoca respeto a Dios y sus mandamientos. En los proverbios de Salomón encontramos que el principio de la sabiduría es el temor a Dios y también que el temor a Dios es apartarse del mal. De modo que si alguien pretende tener sabiduría de Dios, debe comenzar por temer a Dios y ese temor se demuestra apartándose del mal en obediencia a sus mandamientos.

El sabio teme a Dios y se aparta del mal, pero el necio es arrogante y pasa confiado.


Citas bíblicas: Proverbios 8:13, 9:10, 14:16

Mandamientos Vigentes

Mandamientos Perpetuos

Jesucristo dijo: No piensen que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.

Creo que más claro no canta un gallo, al decir Jesucristo que ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido, nos da la certeza que mientras el cielo y la tierra existan, también la ley seguirá vigente. Y es que la ley de Dios posee principios universales que definen lo que es bueno o malo y las bendiciones o maldiciones que vienen por inclinarse a un lado u otro; la ley no se trata de mandamientos para complacer a Dios, más bien se trata de mandamientos que quien los obedece, tiene la promesa de una vida en bendición.

Desde Adán hasta Moises, la humanidad estuvo sin ley, cada quien actuaba por conciencia, pero Dios siempre valoró y prosperó a quien se decidía por el bien y cuando Dios introdujo la ley a través de Moisés, nos dimos cuenta que hacer lo malo siempre traerá consecuencia de muerte y que hacer lo bueno nos dará prolongación de vida con bienestar. Al sacrificarse Jesucristo por nuestros pecados, Dios promete un nuevo tiempo, donde la ley estaría escrita en nuestra mente y corazón, ya que todo aquel que cree en Jesucristo tiene la posibilidad de recibir el Espíritu Santo de Dios en su corazón, quien nos insita a buscar el bien, para al final alcanzar la vida eterna.

Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.


Citas bíblicas: Mateo 5:17, Romanos 5:12, Hebreos 8:10

Mano Diligente

La Mano Diligente

La diligencia forma parte importante en las ordenanzas de Dios para el hombre, tanto así que cuando Dios a través de Moisés dio a conocer la ley, les mandó diciendo: Guardarán diligentemente los mandamientos de YHVH (su Dios eterno) sus testimonios y sus estatutos que te he ordenado.

El rey Salomón, calificado por Dios como el hombre más sabio del mundo y de todos los tiempos, antes y después de el, escribe el proverbio: La mano negligente empobrece, pero la mano de los diligentes enriquece. Y el Apóstol Pablo también dice: Miren pues diligentemente como andan, no como necios, sino como sabios, redimiendo el tiempo, porque los días son malos.

Ciertamente para Dios no es suficiente hacer o aparentar hacer las cosas, sino hacerlas poniendo todo el esfuerzo, constancia y perseverancia, comezando con la diligencia en conecerle y obedecerle.


Citas bíblicas: Deuteronomio 6:17, Efesios 5:15, Mateo 6:33

La única razón para jactarse

La única razón válida para jactarse

Que no se jacte el sabio de su sabiduría, ni de su valentía se jacte el valiente, ni el rico se jacte de sus riquezas. Mas jáctese en esto el que se hubiere de jactar: en entenderme y conocerme, que yo soy YHVH, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice YHVH.

Ciertamente la mayoría de nosotros, ya sea en público o en silencio, nos jactamos de algunas de éstas cosas o de logros adquiridos que sobrepasan a los demás, pero Dios nos da una sola razón por la cual podríamos jactarnos, el conocerle y entender lo que el espera de nosotros (justicia y misericordia), irónicamente el que se da a la tarea de conocer a Dios, puede ser menospreciado en muchas formas por el mundo, pero está claro que para Dios no tiene ningún valor la sabiduría humana o terrenal, la valentía, la fuerza o las riquezas que podamos adquirir en esta vida, porque al final de cuentas, todo esto es vanal.


Cita bíblica: Jeremías 9:23-24

Parábola El Rico y Lázaro

¿Todos los que mueren descansan en paz?

Indudablemente todos tenemos a alguien que nos ama, que cuando muramos nos extrañará y deseará que nuestro espíritu descanse en paz. Ese deseo es natural sin importar qué tanto mal o bien hicimos en vida. ¿Pero realmente cuando morimos todos descansamos en paz?

La ocasión en que Cristo se refirió a este tema, usó una parábola conocida como "El Rico y Lázaro". En esta parábola, Cristo nos da a conocer dos destinos probables después de la muerte. Él menciona que unos van a un lugar de tormento y otros a un lugar de descanso. El apóstol Pablo dice que el día que Jesucristo regrese, todos los que están durmiendo en el lugar de descanso serán resucitados para encontrarse con el Señor en el aire. Con esto queda claro que al lugar de descanso van los que han muerto creyendo en Cristo.

También leemos en Apocalipsis que después de un período de paz, habrá una segunda resurrección para los que hayan estado en lugar de tormento. Esta segunda resurrección será para juicio y sentencia de muerte definitiva. Así que también se entiende que los que hayan muerto sin Cristo van a ese lugar de tormento y no forman parte de los que resucitan cuando Cristo venga. Si escudriñamos más en las Escrituras, encontraremos que los destinos probables cuando morimos se resumen en tres: los dos antes mencionados y el cielo. Pero al cielo va un número tan reducido de personas, que en la Biblia solo se mencionan cuatro personas que con seguridad actualmente están en el cielo: Enoc, Moisés, Elías y Jesucristo. Quizás no son los únicos, pero son los mencionados en la Biblia.

Ante esta verdad, es necesario prepararnos para ese día que inevitablemente llegará para todos. Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa.


Citas bíblicas: Lucas 16:19, 1 Tesalonicenses 4:13, Apocalipsis 20:1, Hechos 16:30